3 días en Sydeny: ¿qué ver?
Actualizado: 21 dic 2021
En Sídney es donde empezó nuestra verdadera aventura. Tras vivir durante diez meses en Melbourne y ahorrar lo suficiente, decidimos irnos dos meses enteros a viajar, ¡nuestro primer gran viaje! Por eso guardamos muy buen recuerdo de esta ciudad australiana, porque fue el comienzo de nuestra ruta por la costa este.
Día 1
Después de llegar al hostal y dejar nuestras maletas, decidimos empezar el primer día con uno de los Free Walking Tours que salen de la Plaza del Ayuntamiento (los hay a las 10.30 y a las 14.30) para conocer algo más de la historia de la ciudad y de Australia en general. El guía nos llevó al Queen Victoria Building, al Strand Arcade, a la Catedral de Santa María, que es la más grande de Australia, por Hyde Park, nos enseñó un edificio que funcionó como hospital durante la Segunda Guerra Mundial, visitamos Martin Place, donde se pueden ver unas flores metidas en un cristal incrustado en el suelo en memoria de los caídos durante la Segunda Guerra Mundial, etc.
La ruta acababa en el Harbour Bridge y, como queríamos ver el atardecer en el puerto, compramos el ticket para el ferry que va desde Circular Quay a Manly para poder ver desde el barco cómo el sol se ponía detrás del Harbour Bridge. ¡Una maravilla! Lo único malo de coger el ferry al atardecer fue que, al llegar a Manly, ya era de noche, hacía bastante frío y en invierno no hay tanto ambiente como en verano, así que caminamos por las dos playas principales, pero nos volvimos enseguida.
Día 2
Uno de los imprescindibles de Sídney es la famosa caminata que va desde Bondi Beach a Coogee, la llamada Bondi to Coogee Coastal Walk, que se lleva a cabo en unas dos horas y pasa por bahías, playas y acantilados de una gran belleza. Así que el segundo día nos levantamos un poco pronto y, como hacía muy buen tiempo, decidimos hacer este recorrido. Tardamos unos 40 minutos en llegar hasta Bondi y allí nos maravillamos con las conocidas Iceberg Pools, impresionan mucho! Hicimos el recorrido con calma y pasamos por lugares como la Bahía de Gordon, donde dicen que se hace un buen snórkel, el Cementerio de Waverly, situado en una colina con unas vistas espectaculares, o las piscinas naturales excavadas en la roca de Coogee.
Por la noche, quedamos con unos amigos para ir al mercado nocturno que tiene lugar cada viernes en el barrio de Chinatown. Ya irás viendo que cada ciudad australiana, sin excepción, tiene un barrio llamado Chinatown, así que quizá no te parezca muy novedoso el mercado nocturno, pero a nosotros nos gustó mucho, había puestos muy variados con todo tipo de productos: comidas, dulces, ropa, accesorios, souvenirs, etc.
No te puedes ir de allí sin probar la llamada “barba de dragón”, un dulce típico delicioso que parecía hecho con azúcar y cacahuetes, pero no estamos del todo seguros. Si vas durante el día, te recomendamos que visites el Chinese Garden of Friendship y aprovecha para comer o cenar en esta zona, ya que es donde se encuentran los restaurantes más baratos.
Consejo: mira el pronóstico del tiempo para organizar bien el viaje y haz este recorrido el día que esté más despejado.
Día 3
Nuestro último día lo aprovechamos al máximo, ya que fue el día que más sitios visitamos y más caminamos. Nos paseamos por el barrio donde estaba nuestro hostal, Potts Point, y de camino a la Ópera, nos encontramos con un mercado muy local que parecía sacado de un pueblo y no de una gran ciudad como Sídney. ¡Nos encantó! Además, todos los tenderos eran muy simpáticos y nos daban a probar de todo.
Dando un paseo por la orilla del río, llegamos a Mrs McQuarie’s Chair, desde donde se tienen unas vistas geniales del Harbour Bridge y la Ópera. Seguimos caminando hacia los Jardines Botánicos y entramos en la Art Gallery of NSW, donde, si hubiésemos tenido tiempo, podríamos habernos pasado toda la mañana. Tiene muchas colecciones de arte y exposiciones temporales de diferentes artistas o períodos históricos, así que, si te gustan los museos, es una parada obligatoria. Seguimos hasta llegar a la imponente Ópera porque teníamos muchas ganas de verla de día y fotografiarla desde todos los ángulos posibles. Como era de imaginar, había turistas por todas partes, pero nos encantó de todos modos. Antes de cruzar a la otra orilla del río, nos paseamos por el barrio más antiguo de la ciudad, “The Rocks”, que nos enamoró con su toque europeo, sus casas adosadas, sus pubs, sus calles adoquinadas y su mercado, que tiene lugar cada fin de semana.
Cruzar el puente a pie nos llevó un buen rato, y es que encima nos íbamos parando cada momento para hacer fotos de la panorámica que teníamos, el mar, la Ópera a un lado, la estela que dejan los barcos… No visitamos muchos sitios en el otro lado del puente, pero lo que sí te aconsejamos es que no te pierdas el Wendy’s Secret Garden, un parque con mucho encanto y con una perspectiva diferente del Harbour Bridge, que se ve especialmente bonito al atardecer. También puedes visitar el parque de atracciones Luna Park, uno de los más antiguos de Australia, con su famosa entrada en forma de boca, aunque a nosotros nos gusta mucho más el que hay en Melbourne.
Esa noche fuimos a casa de una chica a la que no conocíamos de nada porque nos habían invitado a su cumpleaños. Al principio fue raro, pero fue una muy buena manera de ponerle punto final al viaje: cena gratis y nuevos amigos de todas las nacionalidades!
Por último, si te sobran días en tu visita a Sídney, no lo dudes y ve a las famosas Blue Mountains, ¡son una pasada!
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